

una forma de belleza que el mundo aún está aprendiendo
a mirar sin prejuicio.
una forma
de belleza
que el mundo aún está aprendiendo
a mirar sin prejuicio.
En la Piel de Laura
Está en sus manos, en su rostro,
en su cuerpo y, sobre todo, dentro de su cabeza.
Lo que más preocupa no es la enfermedad, es el estigma:
sentirse observada por los demás y por uno mismo.
La mancha que la señala,
que la hace vulnerable,
que puede debilitar la autoestima tanto como la falta de pigmento en su piel.
No contagian sus manos de vitiligo;
contagia la ignorancia y la desinformación.
Por ello, concienciemos, informemos y visibilicemos una enfermedad que no mata,
pero marca.
Pedimos que la ciencia investigue para abordar esta condición,
contemplando el tratamiento de las lesiones cutáneas,
y que los profesionales valoren el estado psicológico,
teniendo en cuenta el impacto psicosocial que se sufre.
¡Ponte en su piel!
En la Piel de Laura
Está en sus manos, en su rostro,
en su cuerpo y, sobre todo, dentro
de su cabeza.
Lo que más preocupa no es
la enfermedad, es el estigma:
sentirse observada por los demás
y por uno mismo.
La mancha que la señala,
que la hace vulnerable,
que puede debilitar la autoestima tanto como la falta de pigmento en su piel.
No contagian sus manos de vitiligo; contagia la ignorancia y la desinformación.
Por ello, concienciemos, informemos
y visibilicemos una enfermedad que
no mata, pero marca.
Pedimos que la ciencia investigue para abordar esta condición, contemplando
el tratamiento de las lesiones cutáneas,
y que los profesionales valoren el estado psicológico, teniendo en cuenta el impacto psicosocial que se sufre.
¡Ponte en su piel!
Está en sus manos, en su rostro,
en su cuerpo y, sobre todo, dentro
de su cabeza.
Lo que más preocupa no es
la enfermedad, es el estigma:
sentirse observada por los demás
y por uno mismo.
La mancha que la señala,
que la hace vulnerable,
que puede debilitar la autoestima tanto como la falta de pigmento en su piel.
No contagian sus manos de vitiligo; contagia la ignorancia y la desinformación.
Por ello, concienciemos, informemos
y visibilicemos una enfermedad que
no mata, pero marca.
Pedimos que la ciencia investigue para abordar esta condición, contemplando
el tratamiento de las lesiones cutáneas,
y que los profesionales valoren el estado psicológico, teniendo en cuenta el impacto psicosocial que se sufre.
¡Ponte en su piel!
Propongo una obra visual de gran formato
que exponga las manos con vitiligo: manos
con manchas, sin vergüenza y sin temor,
que se muestran abiertas y presentes.
Manos gigantes que no deberian esconderse,
sin excusas. Son manos que tocan, que sanan,
que abrazan, que expresan y que sienten. Manos reales de Laura, Marta, Sandra, Miguel, Luis, Elisa….madres, artistas, enfermeras, estudiantes, cualquier persona.
La intención es que el espectador no solo observe, sino que se sienta tocado, acariciado, acompañado por esas manos. Que al enfrentarse a ellas en la calle reflexione en cómo se sentiría si sus manos fueran así.
Visualmente, la obra se inspira en proyectos como Idoia (la mujer con cáncer de mama) combinando fotografía de gran formato con técnica de papel pegado con cola, generando una superficie viva, imperfecta, táctil, profundamente humana. Las arrugas del papel, las huellas de la cola, los bordes irregulares... todo suma al discurso: lo que es real,
lo que es sensible, lo que merece ser visto.
Esta intervención no solo habla de vitiligo.
Habla de aceptación, de diversidad, de inclusión, respeto, derechos y conocimiento. De apoyo, y de ver que ocurre cuando dejamos de escondernos.


Propongo una obra visual de gran formato que exponga las manos con vitiligo: manos con manchas, sin vergüenza
y sin temor, que se muestran abiertas y presentes.
Manos gigantes que no deberian esconderse, sin excusas. Son manos que tocan, que sanan, que abrazan, que expresan y que sienten. Manos reales de Laura, Marta, Sandra, Miguel, Luis, Elisa….madres, artistas, enfermeras, estudiantes, cualquier persona.
La intención es que el espectador no solo observe, sino que se sienta tocado, acariciado, acompañado por esas manos. Que al enfrentarse a ellas en la calle reflexione en cómo se sentiría si sus manos fueran así. Visualmente, la obra se inspira en proyectos como Idoia (la mujer con cáncer de mama) combinando fotografía de gran formato con técnica de papel pegado con cola, generando una superficie viva, imperfecta, táctil, profundamente humana. Las arrugas del papel, las huellas de la cola, los bordes irregulares... todo suma al discurso: lo que es real, lo que es sensible, lo que merece ser visto.
Esta intervención no solo habla de vitiligo.
Habla de aceptación, de diversidad, de inclusión, respeto, derechos y conocimiento. De apoyo, y de ver que ocurre cuando dejamos
de escondernos.